Mascarillas de alta tecnología para un verano de pandemia

  • Por:jobsplan

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10/2022

Sagae, cuna de un nuevo estilo en el tejido de punto

Satō Masaki, presidente y cuarta generación de los fundadores de la empresa de hilado y tejido de punto Sato Seni en Sagae, en la prefectura de Yamagata, nos presenta, orgulloso, sus mascarillas: “La idea de una mascarilla de papel washi podría ser poco atractiva para algunas personas ya que da la impresión de ser dura. Nosotros buscamos acabar con ese prejuicio con nuestro hilo hecho de papel washi para indumentaria, que tiene una calidad inigualable”.

Yamagata es una prefectura que sufre grandes nevadas, donde en la antigüedad la gente se dedicaba a la sericultura durante el invierno. Entrado en el periodo Meiji, y como parte de las nuevas políticas nacionales de la era, se introdujo la industria del tejido de lana en la prefectura y comenzó a florecer el hilado y el tejido. En su mejor momento llegaron a existir 400 fábricas textiles. No obstante, se redujeron a tan solo 20 como consecuencia de la competencia de precios con países como China o Vietnam. El presidente Satō, cuya empresa continúa produciendo estas materias, expresa con vehemencia su deseo de crear, desde Sagae para el mundo, un tipo de tejido de punto nunca antes visto.

Los hilos que fabrica Satō, de una calidad sin igual y únicos en su tipo, son muy apreciados por marcas de alta gama de todo el mundo, las cuales los compran de forma exclusiva. Sus mascarillas lavables y antibacterianas hechas con tejido de punto de washi son un fruto más de su compromiso con la calidad. En enero de 2020, al enterarse de que la demanda de mascarillas comenzaba a aumentar, decidió aprovechar el potencial que tiene su tejido de punto y crear mascarillas de uso común, pero de alta funcionalidad.

En el bolsillo frontal de la mascarilla se coloca una tela tejida con hilos con un baño de compuesto de cobre, algo que mejora las capacidades antibacterianas y desodorantes del tejido. (Por cortesía de Sato Seni.)

La mayoría de las mascarillas lavables que hay disponibles en el mercado son de algodón. Este material les brinda higroscopicidad (la capacidad de absorber y exhalar la humedad atmosférica), pero, ya que tardan en secarse, también facilita el surgimiento de diversas bacterias. Tomando en cuenta que el verano está a la vuelta de la esquina, Sato Seni buscó aprovechar la buena transpiración y facilidad de secado que ofrece el papel washi.

Tradicionalmente, para hacer hilos de washi, el papel se corta en tiras largas y después se retuerce. Es en ese proceso cuando surge la dureza del material. Para que el hilo resulte más suave, tras cortar el papel en tiras, se arruga y se hila junto con poliéster.

Las mascarillas de Sato Seni utilizan un papel washi extremadamente delgado que pesa unos 12 gramos por metro cuadrado. Se fabrican con una máquina de tejido de punto que no deja costuras y tienen una forma tridimensional que envuelve el rostro. La empresa hizo pruebas de resistencia de la mascarilla y pudo comprobar que soportaba aproximadamente 300 lavados en una lavadora convencional sin perder su forma.

Satō explica que la crisis del coronavirus le hizo recapacitar y darse cuenta del potencial que tiene la industria de tejido de punto de Japón, así como las aportaciones que puede hacer este país a la creación de una nueva cultura de las mascarillas. Una de esas contribuciones es la utilización de un material tradicional japonés como el washi y la adaptación de tecnologías de producción occidentales. También dice que, además de las mascarillas, le gustaría experimentar con la creación de nuevos productos y explotar nuevas demandas redescubriendo la cultura propia de Japón.

Mascarillas para el cuidado de la piel de un taller de trabajos manuales en Kioto

Por otra parte, las mascarillas de uso común Fairy Silk Mask están hechas 100 % de seda, incluso las cintas de las orejas, y son fabricadas por Kyoto Silk, una empresa situada en el distrito de Fushimi, en Kioto. Sus productos son muy populares entre las mujeres con piel sensible o delicada.

Mascarillas de alta tecnología para un verano de pandemia

La seda, un material altamente apreciado para la vestimenta, cuenta con una luminosidad y una suavidad muy particulares. Se dice que ayuda a cuidar la piel debido a que su materia principal es la proteína que producen los gusanos de seda. Además, también se caracteriza por tener una textura especial, fresca en verano y abrigadora en invierno.

Estas mascarillas utilizan un tejido de punto de seda que se usa para la ropa de los recién nacidos. Las cintas también están hechas de seda y son ajustables. (Por cortesía de Kyoto Silk)

Yoshida Chie, directora general de la empresa, nos cuenta que las maikos de Kioto suelen utilizar retazos de sus kimonos viejos para pulir su piel. Kyoto Silk surgió gracias a una idea nacida de esa costumbre y en 1985 fabricó la primera toalla de seda de Japón como su producto inaugural. Por aquel entonces la seda todavía era considerada un producto de lujo y se la llegó a calificar de despilfarro.

Desde su fundación, Kyoto Silk se ha comprometido con la creación de productos que exploten todo el potencial natural de la seda. Uno de sus productos más populares desde entonces han sido las borlas de seda para limpiar el rostro. Su taller, de poco menos de 100 metros cuadrados, se encuentra a unos 10 minutos a pie desde el templo Daigoji, Patrimonio Mundial de la Humanidad. La elaboración de los productos está a cargo de cinco artesanos que los fabrican a mano, uno a uno, con mucho cuidado. Esta empresa es un ejemplo perfecto de un taller tradicional de Kioto.

Kyoto Silk ya contaba con experiencia en la fabricación de mascarillas, pero estas eran para prevenir la sequedad de la garganta durante la noche. Sus mascarillas de alta eficiencia para el verano surgieron gracias al comentario de una de sus clientas la cual les comunicó que su piel mejoró notablemente después de colocarse la mascarilla para dormir por debajo de la mascarilla desechable que utilizaba diariamente como parte de las medidas para protegerse del coronavirus.

Mascarillas de mezclilla teñidas con agua natural

Okayama Denim es un tipo de mezclilla famosa de la prefectura de Okayama. Las localidades de Ihara y Kojima, ciudad de Ihara y de Kurashiki, respectivamente, son conocidas desde hace mucho tiempo por sus textiles teñidos de índigo. En esas zonas se concentran fábricas de mezclilla, de fabricación de pantalones vaqueros y plantas procesadoras con una de las mejores calidades a nivel mundial. La empresa de indumentaria Aoki Hifuku, fundada en 1961 en la localidad de Ihara, lanzó al mercado una mascarilla lavable de mezclilla que ha conseguido una gran popularidad no solo entre los amantes de los vaqueros, sino también entre el público en general.

Aoki Toshiki, presidente y diseñador de la empresa, nos comenta que, tradicionalmente, uno de los atractivos de este material es que se va deslavando conforme se utiliza, pero que en el caso de las mascarillas es todo lo contrario. La empresa buscó desarrollar una tela de mezclilla que se destiñera lo menos posible, por lo que aunque se lave unas 30 veces sigue viéndose como nueva.

Mascarilla con pliegues que usa dos capas de gasa integradas en la mezclilla, las costuras son invisibles por el frente. (Cortesía de Aoki Hifuku)

A mediados de marzo, el director de la sucursal del banco donde Aoki Hifuku tiene su cuenta, le sugirió al presidente de la empresa que fabricara mascarillas lavables con su tela. Para esto, Aoki eligió tela batista, que se usa en las camisas de mezclilla y que se caracteriza por ser ligera y permitir el paso del aire. En un principio había pensado que la mascarilla tuviera una forma tridimensional, pero finalmente se decantó por un diseño con pliegues. Este último implica más trabajo que una mascarilla tridimensional, además de que, utilizando mezclilla, se necesita una mayor tecnología para ofrecer un producto de alta calidad. A pesar de esto, no desistieron ya que el objetivo era fabricar una mascarilla sin igual.

La mezclilla de Ihara se caracteriza por la delicadeza de la tela y la suavidad del color, algo que también se aprovecha en la fabricación de las mascarillas. El secreto de la elegancia en la calidad del material es que este se tiñe desde el momento del hilado. Gracias a esto el color se absorbe y puede conservarse, esta técnica se conoce como teñido por reacción. Además, se utiliza agua natural de la corriente superior del río Oda. Después del teñido, el agua que se desecha pasa por un estricto proceso de limpieza para proteger el medioambiente, se usa en la siembra de verduras y arroz para, finalmente, regresar al río. Es decir, se trata de una mascarilla de mezclilla hecha con un proceso sostenible.

Mascarillas con material de zapatillas olímpicas

El nuevo coronavirus asestó un fuerte golpe a la economía de Japón. El impacto fue tan fuerte que incluso la gran empresa de indumentaria Renown se declaró en bancarrota. A pesar de esta situación tan grave, algunas empresas locales que antes solo vendían materias primas a otras, han encontrado una esperanza en la venta directa de productos al público. Uno de esos ejemplos es la firma Hatta Tateami, con sede en la ciudad de Sabae, prefectura de Fukui.

Hatta Tateami, cuenta con maquinaria de tejido double russell de alta densidad, una tecnología poco común y muy apreciada en el mundo. La tela de las zapatillas con las que corrieron las medallistas de oro en maratón, Takahashi Naoko y Noguchi Mizuki, en los Juegos Olímpicos de Sídney y Atenas, respectivamente, fue fabricada por esta empresa.

La tela double russell se caracteriza por ser una estructura de tres capas, el frente, el revés y la unión. Tiene una excelente transpiración y elasticidad. (Cortesía de Hatta Tateami)

Hatta Tateami ha venido explotando en diferentes áreas las posibilidades de este material de alta eficiencia, por ejemplo, en productos como la cubierta del calzado de los corredores profesionales, la parte interior de otros materiales para la indumentaria deportiva o en las cubiertas de los asientos de los automóviles. Esta empresa, fundada en 1949, siempre se mantuvo detrás de las bambalinas, pero ahora, con su mascarilla Iina, es la primera vez que establece un trato directo con los consumidores poniendo a la venta un producto que aprovecha la tecnología del tejido vertical, en el cual son especialistas.

Saho Shōko, encargada del desarrollo de productos del departamento de ventas de la empresa, nos cuenta que desde antes de la crisis del coronavirus existía la idea de vender algo directamente a los consumidores y así tener una alternativa para la continuidad de la empresa. Al darse cuenta del éxito que tuvieron las mascarillas fabricadas para sus empleados decidieron empezar a trabajar en esto como un producto comercial.

La mascarilla es 100 % hecha en Fukui, desde el hilado hasta la manufactura. Tiene un grosor adecuado, de 1,7 mm, y, al colocarse en la cara crea un espacio entre el rostro y la tela, lo que permite respirar y hablar con facilidad. A mediados de junio tienen previsto sacar a la venta mascarillas para verano con un mecanismo mejorado de paso del aire.

Mascarillas fabricadas en el gimnasio de una escuela abandonada

En el gimnasio de la que fuera la escuela primaria de Koshiji, (localidad de Naka-noto,prefectura de Ishikawa) ahora abandonada, se escucha el agradable sonido de las máquinas de coser. En esas instalaciones se colocaron 20 máquinas de coser y trabajan, manteniendo una sana distancia, unos 40 empleados de Marui Orimono, cortando y planchando tela, así como colocando las cintas y empaquetando las mascarillas refrescantes de verano.

El gimnasio de una escuela abandonada cerca de la empresa se convirtió en el centro de producción. Empleados fabricando mascarillas. (Por cortesía de Marui Orimono)

Marui Orimono tiene la mayor cuota de mercado en lo que respecta a telas de fibras sintéticas, pero al igual que la empresa Hatta Tateami, no tenía experiencia vendiendo directamente sus propios productos a los consumidores. Okajima Aya, del departamento de planificación empresarial de Marui Orimono, nos dice que desde enero estaban al tanto de la situación de los contagios ya que tienen una fábrica en China. Por esta razón, concluyeron que aumentaría la demanda de mascarillas frescas que se pudieran usar durante el verano para evitar los golpes de calor. Sus rápidas decisiones fueron el origen de su éxito.

En un principio tenían previsto producir 5.000 piezas al mes, sin embargo, apenas un mes después de que comenzaran a vender las mascarillas en su sitio de internet a principios de abril, ya tenían pedidos por 20.000 piezas. Esto los obligó a trabajar a marchas forzadas incluso durante los fines de semana. Sus ventas quintuplicaron los primeros pronósticos. De acuerdo con las predicciones a largo plazo de la Agencia Meteorológica de Japón, el verano de 2020 será más caluroso que el promedio tanto en el este como el oeste de Japón, por lo que urge el desarrollo de mascarillas que aumenten la sensación de frescura.

ProductoEmpresaPrecio (impuestos incluidos)>Número de teléfono
Mascarilla lavable y antibacteriana de papel washi Sato Seni2.970 yenes por pieza0237-86-3134
Fairy Silk MaskKyoto Silk2.750 yenes por pieza0120-469-041
Mascarilla lavable de mezclillaAoki Hifuku14.300 yenes paquete de 10 piezas0866- 62-1105
Mascarilla IinaHatta Tateami1.088 yenes por pieza0776-73-1291
Mascarilla refrescante para veranoMarui Orimono1.980 yenes por pieza0120-86-4321

Fotografía del encabezado: proceso de fabricación de la mascarilla lavable de mezclilla de la empresa Aoki Hifuku. Con excepción del corte de la tela, todo es hecho a mano. (Cortesía de Aoki Hifuku)

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