‘Se ha vuelto un hábito’: el uso obligatorio de mascarilla en las escuelas no molesta a muchos estudiantes

  • Por:jobsplan

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12/2022

Algunos alumnos de preparatoria hacen “descansos de mascarilla”, y salen al exterior para tomar bocanadas de aire fresco. Les molestan las gotas de sudor sobre su labio superior por el calor; nada que un rápido movimiento con un dedo no pueda secar.

También han aprendido a hablar más alto en clase. Una estudiante sentada en su escritorio planea tomar un trago de agua -bajar la mascarilla, beber y subirla-. ¿Y la actividad deportiva con cubrebocas? Agotadora, pero mejor que estar sentado en casa.

A medida que California regresa a los campus -ya totalmente abiertos- este mes, para la instrucción en persona, la regla de uso de mascarilla obligatoria del estado continuará siendo parte de la nueva normalidad para todas las escuelas de nivel K-12, que se unen a una lista creciente de condados y lugares públicos que exigen tener cubierto parte del rostro en el interior, en medio de un aumento de transmisión del COVID-19 alimentado por la variante Delta. Si los últimos meses y los primeros días del nuevo año son una indicación de cómo los alumnos están lidiando con la última regla académica sobre el coronavirus, muchos afirman que ya la han superado. Se han adaptado a la incomodidad y prefieren estar en la escuela con sus amigos, que en casa frente a una computadora.

“En cierto sentido, se ha vuelto un hábito, comentó Deven Allen, de 17 años, estudiante de último año en Lawndale High School. “No puedes salir de tu domicilio sin cubrebocas; te sientes desnudo sin él”. El lunes, el Distrito Escolar Unificado de San Bernardino dio la bienvenida a sus alumnos de vuelta a la escuela, y en Kimbark Elementary School, el primer día después de más de un año de aprendizaje en línea los recibieron con música, globos y muchas emociones, destacó Carissa Raia, quien dejó allí a su hijo de ocho años, para cursar tercer grado.

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La alegría de su niño por volver a la escuela apagó cualquier queja. “Siento que los niños están más acostumbrados. Son los padres los que se están volviendo locos”, comentó Raia, y señaló que su hija de 12 años, que comenzó séptimo grado, también se adaptó a usar mascarilla. “No es un gran problema para nosotros”.

Aunque el mandato generó resistencia en algunas áreas por parte de los padres que abogan por la “mascarilla optativa”, para muchos alumnos parece que la transición al uso de cubrebocas en las escuelas ha sido fluida.

Entre los estudiantes mayores, el tema apenas se debate, remarcó Allen, y agregó que jugó en torneos de voleibol de clubes y prácticas con su rostro cubierto. Hay ocasiones, dijo, en las que se siente tentado a bajarse la mascarilla y tomar un poco de aire, pero se recuerda a sí mismo que la pandemia continúa.

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En lugar de ello va al exterior, donde puede quitarse la mascarilla. Además, descubrió una ventaja a lo largo de los meses: el tiempo que pasó entrenando con cubrebocas le ayudó a mejorar su resistencia. “Creo que será más fácil jugar con el rostro tapado porque ya tengo experiencia”, comentó Deven. También consiguió un trabajo de verano en McDonald’s, donde debió adaptarse a las largas horas de llevar puesta una mascarilla. Aproximadamente 1.200 estudiantes de la escuela de verano regresaron a los campus en el Distrito de Escuelas Preparatorias Centinela Valley Union, que incluye a Lawndale High. La nueva realidad escolar para ellos durante el verano y el año nuevo incluye mostrar una prueba de detección de coronavirus antes de ingresar al campus.

En Centinela Valley Union High, el distrito no tuvo problemas con la aplicación de la regla de uso de cubierta facial, afirmó el superintendente Stephen Nellman. “Los niños han estado geniales. Son totalmente cumplidores”, señaló el funcionario. “No esperamos que esto cambie en el otoño, incluso con un salón de clases lleno”.

El uso de cubiertas faciales durante largas jornadas escolares puede resultar incómodo, pero la mayoría de los estudiantes parece haberse adaptado rápidamente, al igual que a otras actividades complicadas por la pandemia, como ir de compras y salir a comer.

Ana Santana, quien estudia el último año en Hawthorne High, no es una gran fanática de las mascarillas, especialmente en los días calurosos. Pero el aprendizaje a distancia era mucho peor.

Días atrás, Ana y sus compañeros seguían la clase mientras su maestra los guiaba para resolver un problema de matemáticas en un pizarrón. Cuando se siente un poco acalorada, simplemente se baja el cubrebocas para limpiar el sudor, comentó. “Solo necesitas mantenerla puesta y con la distancia debida”, señaló. “Como ya hemos pasado un año con mascarilla, siento que la mayoría de los estudiantes lo comprendemos”.

En abril, Eliana Walls, quien cursa el último año en Polytechnic High School, en Long Beach, dirigió recorridos guiados a pie para estudiantes entrantes y de segundo año.

Durante casi ocho horas, señaló Eliana, mantuvo su mascarilla puesta mientras guiaba a sus compañeros por el extenso campus, que alberga a casi 4.000 alumnos. Cuando necesitaba un poco de aire fresco, comentó, simplemente se bajaba el cubrebocas, respiraba profundamente y seguía adelante. Y después de asistir a la escuela de verano en persona, dijo, está lista para regresar a tiempo completo. “Esos días me ayudaron a entrar en ritmo”, reflexionó Eliana. “Si todos hacen su parte y actúan de manera segura, entonces, no me preocupa”.

Orlando Arias-Pulido, un estudiante de segundo año en Ganesha High School, Pomona, está emocionado de volver a la escuela, sabiendo que está vacunado. Pero como el COVID-19 aún puede propagarse entre grupos inmunizados, advirtió, que le preocupan los compañeros de clase que generalmente no siguen las reglas de la institución y que pueden desobedecer las medidas de seguridad.

“Me siento más protegido sabiendo que el estado exige que todos los estudiantes usen cubrebocas”, destacó el joven de 15 años. “Si vas a Universal [Studios], es obligatoria la mascarilla en todas las atracciones en espacios interiores”.

En Redondo Beach, el martes pasado, el grupo Let Them Breathe (Dejen que respiren) organizó una manifestación para animar a los padres y estudiantes a hablar en una reunión de la junta escolar. Se agruparon en la acera con letreros y provocaron quejas así como bocinazos de los conductores. Una mujer que pasaba en su automóvil les dijo que estaban “exagerando”.

Monet Castañeda, padre de alumnos de Redondo Beach, aboga por la opción de uso de mascarilla en el nivel K-5.

Su hijo de 16 años, un estudiante de tercer año de secundaria, probablemente regresará a la escuela utilizando cubrebocas. Pero su hijo de 10 años, Logan, puede que no. El niño, que asistió al mitin, expuso que le resultó difícil concentrarse con la mascarilla puesta cuando regresó a la escuela, en la primavera. “No puedo enfocarme correctamente”, dijo. “Es molesto”.

Castañeda preferiría que Logan tomara sus clases desde casa, y no que asista a la escuela con mascarilla.

Sharon McKeeman, madre de Carlsbad y fundadora del grupo, se unió a los padres de Redondo Beach. McKeeman pidió donaciones para continuar la batalla legal y revocar el mandato. Un resultado favorable y oportuno, señaló, podría hacer que el uso de mascarilla sea opcional para los niños antes del comienzo del semestre de otoño. “Vamos a llegar tan lejos como sea necesario con esto”, enfatizó McKeeman. “Si tengo que ir a la Corte Suprema, lo haré".

Patrick Ugwuezumba, estudiante de último año en Hawthorne High, admite que no le gusta ponerse cubrebocas. Mientras entrenan deporte, añadió, tienen que utilizar mascarilla en espacios interiores.

Pero durante una lección en su curso de verano integrado de matemáticas 2, Patrick aprovechó una oportunidad de obtener un crédito adicional por resolver un problema frente a la clase. A la vez que explicaba la solución del mismo, su voz, aunque levemente apagada, era lo suficientemente clara como para ganar ese crédito extra. “No me gustan”, remarcó Patrick sobre las cubiertas faciales, “pero si me van a mantener a salvo a mí y a otras personas, desde luego que puedo usarlas”.

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  • ¿Todos los chicos pueden quitarse la máscara facial?

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