El feminismo popular hace una demostración de fuerza

  • Por:jobsplan

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02/2022

(Foto de apertura: Colectivo M.A.F.I.A.)

Con consignas como “Libertad a las presas políticas”, “Ni una menos - Vivas nos queremos”, “No a los negocios inmobiliarios en los espacios públicos”, “Por el derecho a la vivienda” y “Ambientalismo popular”, organizaciones feministas, en su mayoría pertenecientes al Frente de Todos (Movimiento Evita, La Cámpora, Barrios de Pie, Mala Junta, Soberana y otras agrupaciones de base), convocan a un Encuentro Feminista Popular el 30 de octubre en el estadio Malvinas Argentinas.

“Les feministas queremos volver a encontrarnos para discutir qué país queremos”, se lee en la bio de Twitter que difunde información sobre el evento. Las organizadoras completan en más caracteres: “Queremos reflexionar sobre cómo salimos de la crisis y también es una puesta en práctica de cómo el feminismo popular está pensando y discutiendo la agenda distributiva y las agendas que tienen que ver con sostener la vida”.

La convocatoria se venía conversando por lo bajo entre militantes de los barrios y funcionarias de segundas y terceras líneas del Gobierno, pero tomó forma después de la derrota electoral y los cambios de gabinete, que confirmaron un segundo tramo de la campaña con una agenda de género casi ausente y con cero mujeres en los espacios de toma de decisiones. “Deberíamos reunirnos públicamente las feministas peronistas”, sugerían en redes sociales.

La omisión de las demandas y los logros feministas en la publicidad oficial –con la excepción del programa Registradas para las empleadas de casas particulares y el Reconocimiento de aportes por tareas de cuidados de ANSES-, las dificultades para las mujeres dentro del Gobierno para avanzar con demandas propias y el crecimiento de fuerzas políticas de derecha y de ultraderecha generaron un murmullo interno que consolidó la necesidad de hacer algún tipo de demostración de fuerza hacia adentro y hacia afuera.

El encuentro en el Malvinas Argentinas está planteado como una manera de “volver a tomar las calles”, explican sus organizadoras. La falta de presencialidad desarticuló muchos de los lazos construidos en los feminismos populares y restó fuerza a un movimiento acostumbrado a hacerse sentir en la movilización. De hecho, este 19 de octubre se cumplieron cinco años de la primera huelga de mujeres en la Argentina, que las feministas populares reivindican como “el primer paro al gobierno de (Mauricio) Macri”. Por esa misma razón, quienes se identifican con los feminismos populares sostienen que en el corazón del movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans está la resistencia al neoliberalismo.

Paula Arraigada: el encuentro del feminismo popular "es una necesidad". (Foto: May Aliaga)

La asesora parlamentaria y militante trans Paula Arraigada (primera candidata a diputada nacional trans en 2019) trabaja en la campaña electoral del Frente de Todos, es una de las organizadoras del Encuentro Feminista Popular y define la convocatoria como “una necesidad”. “Pasó mucho tiempo sin encontrarnos con un montón de compañeras con las que nos cruzábamos en las calles y en las asambleas y nos parece necesario generar un espacio donde se perfilen las demandas del feminismo popular y donde se rescaten los logros que hemos tenido en este tiempo”, explica.

Para Arraigada, lo del Malvinas Argentinas no es un acto de campaña por varias razones: porque es abierto a “compañeras que no pertenecen al Frente de Todos”, porque no lleva los emblemas partidarios y “porque, si fuera una actividad de campaña, no estaríamos marcando lo que falta ni haciendo críticas a la gestión”. “El feminismo popular tiene algunas demandas que todavía no terminan de cristalizarse”, sostiene.

La agenda que este gobierno debe profundizar, que afecta directamente a las mujeres y a las disidencias de los barrios populares, dice Arraigada, tiene que ver con la pobreza y la falta de trabajo formal como ejes prioritarios. “No podemos no notar eso, porque nosotras somos parte de la gestión, pero también de ese pueblo y de esa demanda”.

Feminización de la pobreza

Los números le dan la razón: siete de cada diez personas del segmento más pobre de la población argentina son mujeres y el 55% de sus ingresos proviene de fuentes no laborales (programas sociales, jubilación, etc.). Según los datos del Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP), representan el 57,4% de quienes trabajan en esa rama de la economía y, según los del Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBap), el 63,7% de las viviendas tiene de responsable de hogar a una mujer. En el caso de las travestis y trans, la situación es aún peor.

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La lista de demandas a trasladar a quienes se desempeñan en la gestión, sostiene la excandidata a diputada, sigue con la necesidad de dar una “respuesta efectiva e inmediata” al cupo laboral trans y, de más largo aliento, la -en su momento- muy difundida “reforma judicial feminista”. Para debatir estos temas y otros que surjan el 30 de octubre, el encuentro estará dividido en alrededor de 30 talleres y comisiones, cuyos ejes girarán alrededor de educación, trabajo, tareas de cuidado, economía/redistribución/fuga de capitales, salud, violencias, acceso a la tierra para vivir y producir, ambientalismo popular, militancia y organización política y sindical, derechos humanos, feminismo antipunitivista, seguridad, derecho a migrar y antirracismo, entre otros.

En los talleres sobre el acceso a la tierra, por ejemplo, participan las mujeres productoras y agricultoras. Rosalía Pellegrini, de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), llevará al encuentro la discusión relacionada con la construcción de "un modelo de soberanía alimentaria en el que las mujeres productoras podamos decidir sobre la producción y en esa decisión el eje es la agroecología, es construir un vínculo con la naturaleza, con el territorio, con los cultivos, que no sea mercantilista ni extractivista". Para la referente de la UTT, las campesinas y agricultoras son fundamentales "en una economía cada vez más degradada, sin acceso a la tierra ni a la vivienda".

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En el mismo sentido que Arraigada, escribió la referente de Mala Junta en el Frente Patria Grande y candidata a Legisladora por la Ciudad de Buenos Aires por el Frente de Todos Victoria Freire en Perfil, pocos días después de la derrota electoral del oficialismo: “Para avanzar en este camino necesitamos salir a escuchar las necesidades, mejorar la gestión de gobierno y promover la participación popular. Multiplicar las redes de organización y acompañamiento que construimos todo este tiempo colectivamente. El Frente de Todxs es la herramienta política donde confluyen distintas experiencias y formas de pensar, es la unidad necesaria para construir un presente con derechos y justicia social”. Y cerraba: “Nuestra tarea como militantes feministas es ir a buscar a cada una de las personas que no votaron al Frente de Todxs por decepción o enojo, escucharlas y convencerlas de que la ampliación de derechos y la garantía de que una vida mejor es posible únicamente organizándonos, fortaleciendo un gobierno popular y frenando la avanzada de los sectores conservadores aunque se llamen liberales. No se trata únicamente de ganar las elecciones, se trata de ser protagonistas de nuestro tiempo y hacernos cargo de que nadie se salva en soledad”.

“Hemos perdido parte de la agenda del feminismo popular al ser gestión”, sostiene Arraigada. Por eso, también, la insistencia en recuperar la iniciativa y hacer de correa transmisora entre quienes militan en las bases y quienes ocupan espacios en el Gobierno. “Si no trasladamos las demandas de nuestro pueblo a quienes están en la gestión, no estaríamos cumpliendo con nuestro rol. El objetivo es que en 2023 vuelva a ganar nuestro gobierno”, concluye.

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